La dislipemia es la elevación de los niveles lípidos, como el colesterol y los triglicéridos, en el plasma sanguíneo y máximo responsable de la formación de placas en las arterias.
El colesterol es una sustancia grasa, elaborada por el hígado, y absorbida por el intestino, que se encuentra en todas las células del organismo, necesaria para producir hormonas, vitaminas y ácidos biliares que favorecen la digestión, pero que, en exceso, es un factor de riesgo cardiovascular de primer orden, relacionado con la aparición de placas en los vasos sanguíneos, llegando a estrecharlos /obstruirlos (ateroesclerosis). El colesterol, es transportado por los vasos sanguíneos, mediante lipoproteínas, que, dependiendo de su composición, pueden ser:
Lipoproteínas de baja densidad: se encargan de transportar nuevo colesterol desde el hígado a todas las células del organismo. El colesterol unido a estas lipoproteínas es el llamado colesterol malo o LDL. A menor nivel de colesterol malo (cLDL) a lo largo de la vida, el riesgo de sufrir eventos coronarios es muy bajo. Cuando está elevado, se va depositando en las paredes de las arterias formando placas de ateroma (arteriosclerosis), con el consecuente riesgo de enfermedad coronaria, ictus y/o enfermedad arterial periférica.
Lipoproteínas de alta densidad: recogen el colesterol no utilizado y lo devuelve al hígado para su almacenamiento o excreción al exterior a través de la bilis. El colesterol unido a estas lipoproteínas es el llamado colesterol bueno o HDL. En este caso, cuanto mayor sea la concentración de colesterol, menor será el riesgo de padecer enfermedad cardiovascular.
Lipoproteínas de muy baja densidad o VLDL: transportan triglicéridos y también favorecen la acumulación de placa en las arterias.
Se considera hipercolesterolemia niveles de colesterol total > a 200 mg/dl. La causa más frecuente del colesterol alto es un estilo de vida poco saludable (fumar-dieta rica en grasas saturadas-falta de actividad física- consumo excesivo de alcohol- estrés), pero también puede ser consecuencia de un problema genético o hereditario, de determinados fármacos o por otras enfermedades, como hipotiroidismo, diabetes, enfermedad renal crónica o apnea del sueño, entre otras.
Se considera hipertrigliceridemia a los niveles de triglicéridos >a 150-200 mg/dl
La llamada tríada lipídica o dislipidemia aterogénica (niveles elevados de triglicéridos, niveles bajos de C-HDL y partículas LDL pequeñas y densas) se asocia a un riesgo cardiovascular elevado y especialmente prevalente en pacientes con antecedentes de episodios cardiovasculares y representa la principal causa de riesgo residual elevado (riesgo permanente que no se puede disminuir).
El colesterol alto (hipercolesterolemia) no desencadena síntomas ni signos físicos, salvo en el caso de hipercolesterolemia familiar, en que el colesterol puede depositarse en los párpados (xantelasmas), alrededor de la parte coloreada del ojo (arco corneal) o en los tendones (xantomas). Para su diagnóstico, solamente es necesario realizar un análisis de sangre para conocer los niveles de colesterol y de triglicéridos. Tras valorar los factores de riesgo, pueden ser necesarias determinadas pruebas para descartar la presencia de alguna enfermedad responsable de la elevación del colesterol.
Las personas con otros factores de riesgo cardiovascular, enfermedad cardiovascular previa o antecedentes familiares colesterol elevado y/o enfermedad cardiovascular deben realizar un control estricto de los niveles de colesterol y seguir rigurosamente las recomendaciones farmacológicas y no farmacológicas que aseguren un adecuado control del mismo.
Las mujeres embarazadas, sobre todo las que tienen antecedentes de dislipemias, deben controlar los niveles de colesterol durante el embarazo. En la menopausia, la disminución de los estrógenos hace bajar el cHDL y aumenta el colesterol total y el cLDL, por lo que se debe extremar el control de los niveles del colesterol.
Niveles de colesterol aconsejables:
Los objetivos de los niveles de lípidos, deben individualizarse de acuerdo al riesgo cardiovascular; alcanzar el nivel óptimo es difícil y a veces es mejor la mejora simultánea de varios factores de riesgo que solamente pretender la reducción del colesterol.
- Triglicéridos
- < 150 miligramos por decilitro (mg/dl)
- c-LDL (malo)
- < 116 en pacientes con riesgo bajo
- < 100 en pacientes con riesgo moderado
- < 70 en pacientes con riesgo alto y reducir al menos al 50% las cifras basales
- < 55 mg/dl en pacientes con riesgo muy alto y reducir al menos al 50% las cifras basales
- c-HDL (bueno)
- > 40 mg/dl varones y > 45 mg/dl mujeres
Tratamiento farmacológico
Una vez descartada la presencia de una enfermedad como causa de la elevación del colesterol, las estatinas son el medicamento más utilizado para tratar el nivel alto de colesterol en la sangre. Además, pueden estar indicados fibratos (para bajar los triglicéridos), secuestradores de ácidos biliares, inhibidores de la absorción del colesterol, inhibidores de la PCSK9 y/o inhibidores de la síntesis del colesterol. La hipercolesterolemia familiar debe tratarse con fármacos específicos.
No se deben tomar suplementos para bajar el colesterol sin consultar al médico, pueden causar efectos secundarios e interacciones con los fármacos prescritos.
Cambios en el estilo de vida y modificaciones de la conducta (dieta, ejercicio, suspensión del uso del tabaco y mantener un peso saludable) son medidas imprescindibles para el control del colesterol y los triglicéridos y deben seguirse de por vida, independientemente, del tratamiento farmacológico prescrito.
Recomendaciones:
- Evitar el consumo de grasas saturadas y aumenta las grasas poli-insaturadas (aceite de oliva); come todos los días frutas y verduras y come pescado al menos 2 veces a la semana. Consume lácteos desnatados.
- Abstención del tabaco y el alcohol. El consumo excesivo de alcohol causa hipertrigliceridemia.
- Controlar el peso. Una reducción del 3 % al 5 % del peso corporal ayuda a reducir el colesterol LDL "malo" y aumentar el colesterol HDL "bueno".
- Practicar ejercicio físico de manera regular (tres a cinco sesiones por semana); aumenta el HDL (colesterol bueno) y reduce el LDL (colesterol malo) y los niveles de triglicéridos. Sigue las indicaciones de tu médico y/o enfermera sobre el tipo de ejercicio más idóneo para ti.
- Controlar el estrés: el estrés crónico a veces puede aumentar el colesterol malo y bajar el colesterol bueno.
- Realizar los controles que te indique tu médico y/o enfermera.
Toma la medicación prescrita por el médico…No abandones el tratamiento sin indicación médica y no te automediques.
Concepción Fernández
Actualizado junio 2023