El infarto agudo de miocardio es la manifestación más grave de la cardiopatía isquémica. Se produce cuando el acúmulo de placas de colesterol, lípidos (grasas) y células inflamatorias en las paredes las arterias del corazón (arteriosclerosis) impiden que llegue sangre suficiente al corazón. En el IAM, a diferencia de la angina de pecho (AP) se produce la obstrucción completa de alguna de las arterias del corazón, debido a la formación de un coágulo y las células cardiacas de la zona afectada mueren, como consecuencia de la falta de riego sanguíneo. El daño es irreversible.
Hay 2 tipos de infarto:
- Infarto de miocardio con onda Q o síndrome coronario agudo con elevación del segmento ST. Se produce por la obstrucción prolongada de una de las arterias coronarias importantes, lo que lleva a la muerte de una zona más o menos grande del corazón.
- Infarto de miocardio sin onda Q o síndrome coronario agudo sin elevación del segmento ST. La falta de riesgo afecta a arterias del corazón algo más pequeñas, no se muere una zona tan grande del corazón y tiene un mejor pronóstico. Engloba la angina inestable, que se desencadena igual que el infarto (aparece en reposo por un dolor u opresión que empieza en el centro del pecho y puede extenderse a brazos, cuello, mandíbula y espalda) pero sin oclusión completa de la arteria coronaria por el trombo y no llega a producir muerte de células cardiacas, pero requiere tratamiento urgente por el elevado riesgo de producirse un infarto, una arritmia grave o muerte súbita.
En algunas personas, durante el ingreso hospitalario pueden aparecer arritmias ventriculares o bloqueos del corazón que pueden requerir el implante de un marcapasos y/o desfibrilador, marcapasos.
Si el infarto agudo de miocardio es muy extenso, puede ocasionar de por vida insuficiencia cardiaca.Si el infarto agudo de miocardio es de pequeña extensión, puedes llevar una vida normal siempre que se controle estrictamente los factores de riesgo cardiovascular y se modifiquen los hábitos de vida no saludables.
Aunque cualquier persona puede sufrir un infarto de miocardio, no todas tienen el mismo riesgo. Los infartos no son hereditarios, pero personas con algún familiar de primer grado (padre, madre o hermano) que ya hayan padecido un infarto, o tienen de base una enfermedad hereditaria como hipercolesterolemia o diabetes tiene más posibilidades de padecerlo. Las personas con problemas de corazón o que ya han sufrido un evento cardiovascular, las de edad avanzada y las que presentan más factores de riesgo —hipertensión arterial, tabaquismo, obesidad, diabetes, elevación del colesterol malo (LDL), descenso del colesterol bueno (HDL)—.
Los síntomas pueden manifestarse de diferente manera, son muy parecidos a los de la angina de pecho, pero de distinta intensidad y duración y no suelen presentarse todos los síntomas, sino una combinación de algunos de ellos. Normalmente desencadena un dolor tipo peso en la zona del esternón bastante intenso y en ocasiones se irradia hacia mandíbula, cuello y espalda, brazo izquierdo, y en algunos casos brazo derecho y no se modifica con los movimientos ni con la respiración; puede acompañarse de sudor frío y mareo. En otras ocasiones el dolor se localiza en la parte alta del abdomen, con dificultad para respirar, ganas de vomitar y pérdida de conocimiento. En raras ocasiones, como en personas diabéticas, el infarto pude pasar desapercibido, por no haber sido doloroso o ser confundido con otra afección y haber pasado sólo.
Si sientes un dolor intenso en el pecho, llama y/o acude rápidamente a emergencias. Cuanto más tiempo pasa, mayor es el riesgo de muerte o de desarrollar problemas graves en el corazón.
El tratamiento del infarto requiere además de una intervención urgente dirigida a salvar la vida y evitar complicaciones inmediatas:
- Angioplastia, a través de unos insertados por la arteria femoral (o la arteria radial del brazo), que se avanzan hasta el interior de las cavidades del corazón, se coloca un material en forma de malla (stent) en la pared de la arteria coronaria para hacer fluir la sangre correctamente.
- Bypass (puente coronario), intervención quirúrgica que une un vaso sanguíneo sano de una pierna, un brazo o del tórax y la arteria coronaria obstruida.
- Además, es imprescindible realizar cambios en tu estilo de vida y tomar medicamentos para reducir el colesterol en sangre, reducir el riesgo de desarrollar un coágulo de sangre y ayudar a que el corazón funcione de la mejor manera posible.
Consejos
- Dieta cardiosaludable, baja en grasas saturadas y colesterol. La dieta ideal es la mediterránea (fruta /vegetales, cereales integrales, pescados, legumbres, aceite de oliva, frutos secos, leche desnatada, y de forma moderada pequeñas raciones de carne magra o aves de corral sin piel.
- Control estricto del peso. Perímetro abdominal 102 cm en varones y 88 cm en mujeres. Cifras más altas indican alto riesgo de hipertensión, dislipemia, diabetes, mortalidad por enfermedad coronaria e ictus tromboembólico.
- Controlar la presión arterial (< 140/85 mmHg)reduce la incidencia de cualquier manifestación de la EV (cardiopatía isquémica, ictus, enfermedad arterial periférica o enfermedad renal crónica).
- Control del colesterol y los triglicéridos: cifras en personas sanas de colesterol normal < 200 mg/dl, colesterol malo (LDL) < 100 mg/dl, colesterol bueno (HDL) > 35 en varones y > 40 en mujeres. Triglicéridos < 150 mg/dl. Las personas con niveles elevados tienen un riesgo incrementado de sufrir síndromes coronarios.
- Control de la glucemia (niveles de glucosa en ayunas entre 100 y 125 mg/dl): se asocia al aumento del riesgo de isquemia miocárdica, de ataque al corazón y de otros problemas cardiacos.
- Realizar ejercicio físico de intensidad progresiva, favorece la adaptación cardiovascular e incrementa la capacidad de ejercicio, resistencia y fuerza, Siempre siguiendo las recomendaciones de su médico y/o enfermera. Lo ideal es ser incluido en un programa de rehabilitación cardiaca. Evitar siempre la actividad física después de las comidas o ante temperaturas extremas.
- Dejar de fumar. La posibilidad de padecer una enfermedad de corazón es proporcional a la cantidad de cigarrillos fumados al día y al número de años en los que se mantiene este hábito nocivo. Un fumador pierde de media 10 años de vida y otros tantos en años de vida saludable. Consulta con tu médico y/o enfermera sobre las estrategias o los programas para ayudarte a abandonar el hábito.
- Beber alcohol con mesura. El consumo de alcohol se asocia a múltiples riesgos para la salud (tensión arterial alta, arritmias cardiacas, miocardiopatía, muerte súbita y accidentes cerebrovasculares) y puede hacer que el corazón aumente de tamaño (se dilate) y se contraiga muy débilmente.
- Consumo de drogas como cocaína y derivados puede provocar taquicardia, vasoconstricción y elevación de la presión arterial, según la dosis tomada, los factores de riesgo y cardiopatías preexistentes.
- Salud bucal. No fumar, cepillarte tres veces al día tras cada comida y una limpieza dental al menos una vez al año, garantiza una correcta salud dental y de las encías. La enfermedad periodontal es una afección crónica bacteriana que puede pasar al torrente sanguíneo y localizar en diferentes órganos, como el corazón.
- Control del estrés: existe un aumento del riesgo de infarto agudo de miocardio (doble de lo normal) durante las dos horas siguientes a un episodio significativo de alteración emocional.
- No abandonar el tratamiento médico (antiagregantes, hipotensores, betabloqueantes…) sin indicación médica y seguir el calendario de visitas médicas y de tu enfermera rigurosamente.
Contenido elaborado por: Concepción Fernández. Junio 2020.