La aorta es la arteria principal del cuerpo humano, a la que el corazón bombea la sangre en cada latido y encargada de distribuir la sangre oxigenada por todos los órganos a través de sus ramas. Tiene 3 porciones:
Aorta ascendente, sale del ventrículo izquierdo, asciende por la parte anterior del tórax y puede afectar al funcionamiento de la válvula aórtica, por su proximidad.
Arco aórtico, parte que se dobla y de la que salen las arterias de los brazos y la cabeza.
Aorta descendente, a lo largo de todo el cuerpo, lleva la sangre al resto de órganos del tórax y abdomen y termina en dos ramas finales (“arterias ilíacas”), una para cada pierna.
Las enfermedades más frecuentes de la aorta son los aneurismas, las disecciones y más raramente, las coartaciones.
Tratamiento quirúrgico
La decisión de intervenir quirúrgicamente a un paciente con aneurisma dependerá de la del tamaño/ubicación/crecimiento del aneurisma, los síntomas, la presencia de otros factores de riesgo y/o enfermedades y la valoración del riesgo-beneficio.
Si un paciente tiene un aneurisma de la aorta que alcanza un cierto tamaño y/o se asocia a dolor o crecimiento rápido, es conveniente repararlo mediante una operación quirúrgica. El diámetro aórtico es un factor de gran importancia para indicar el momento de la cirugía. Se recomienda la cirugía cuando el aneurisma mide entre 5 y 5,5 centímetros o más.
La disección de la aorta A es una urgencia médica que requiere tratamiento de inmediato.
Tipos de cirugía
Cirugía abierta: apertura el tórax, abordando el aneurisma, con clampaje de aorta y arteria implicadas y sustituyendo la parte afectada por una prótesis vascular artificial (Dacron) que se une (“anastomosa”) a los segmentos adyacentes mediante una sutura. Normalmente por esternotomía media y con circulación extracorpórea, con frecuencia requiere reparar la válvula aórtica, las arterias coronarias o las arterias que salen hacia los brazos o el cerebro.
Indicada principalmente en pacientes sin otras patologías graves y con anatomía corporal no favorable al tratamiento endovascular.
La cirugía abierta puede durar varias horas y la estancia hospitalaria dependerá de la evolución del paciente.
Cirugía endovascular: mediante punción en la ingle, bajo control con Rayos X, se insertan catéteres a través de las arterias femorales, para transportar una prótesis plegada hasta el aneurisma o disección. La prótesis se despliega y ancla por encima y por debajo de la zona afectada, que queda excluida de la circulación.
Puede realizarse en pacientes más complejos, con menor riesgo (menor tiempo de cirugía, menor dolor posoperatorio, menor necesidad de trasfusiones…).
El procedimiento es más rápido y si no hay complicaciones, puede ser dado de alta en 1-2 días.
Cirugía híbrida: cirugía abierta más tratamiento endovascular con endoprótesis.
Su cirujano le explicará cual es la cirugía más adecuada según sus características (edad, enfermedades previas…) y las del aneurisma (tamaño, localización, relación con otras estructuras…).
Complicaciones
La cirugía abierta puede presentar riesgos como sangrado, infección, arritmias, accidente cerebrovascular, fallo renal agudo y complicaciones pulmonares.
Las complicaciones del tratamiento endovascular pueden variar desde endofugas (persistencia de flujo sanguíneo en el aneurisma), trombosis del injerto, pseudoaneurismas(rotura) de las uniones, infección de la prótesis, embolias distales, acodamiento o migración de la prótesis…Pueden requerir, en ocasiones, cirugía abierta.
El seguimiento de las endoprótesis requiere controles periódicos, mediante pruebas de imagen (tomografía computarizada o TAC), para comprobar que no existan fugas ni complicaciones de la prótesis.
Concepción Fernández. Actualizado septiembre 2023