La enfermedad vascular periférica (EVP) consiste en un daño u obstrucción en los vasos sanguíneos más alejados del corazón: las arterias y venas periféricas que transportan sangre hacia y desde los músculos de los brazos y las piernas y los órganos del abdomen o al cerebro, pudiendo no recibir la sangre necesaria para su funcionamiento normal. Las piernas y los pies son las zonas más afectadas, por eso se denomina enfermedad vascular periférica.La causa más común es la aterosclerosis (acumulación de placa en el interior de las paredes de las arterias), por lo que suele presentarse frecuentemente en pacientes con enfermedad coronaria. Con menos frecuencia, puede ser consecuencia de una inflamación de los vasos sanguíneos, traumatismos en los brazos o en las piernas, deformidad en la anatomía de los ligamentos o músculos, o la exposición a la radiación.
Si afecta a las venas, se denomina “enfermedad venosa periférica” (EVP) y si afecta a las arterias, se denomina “enfermedad arterial periférica” (EAP).
La enfermedad vascular periférica es una patología frecuente en pacientes con enfermedad coronaria, ya que la aterosclerosis, causa de la enfermedad coronaria, es una enfermedad generalizada de las arterias.