Es una enfermedad producida por la incapacidad del sistema venoso para realizar un adecuado retorno venoso, muy frecuente en la población actual, de mayor prevalencia en mujeres y que se incrementa con los embarazos y la edad. Cada vez afecta a pacientes más jóvenes debido principalmente al estilo de vida más sedentario.
Es una enfermedad crónica, progresiva y sin un tratamiento adecuado puede derivar en complicaciones que afectan la calidad de vida.
Las enfermedades que pueden afectar al sistema venoso, son los coágulos sanguíneos (trombos), la flebitis, las varices y la embolia pulmonar.
Coágulos sanguíneos o trombos
Pueden originarse en las venas superficiales o en venas más profundas (trombosis venosa profunda), generalmente en las piernas. La trombosis venosa profunda puede causar dolor o hinchazón de piernas, pero también puede ocurrir sin síntomas. Pueden deberse a ciertas enfermedades que afectan a la coagulación de la sangre o aparecer en períodos largos de inmovilidad o reposo en cama, tras una cirugía o un accidente, enfermedades crónicas incapacitantes e incluso en viajes largos, en los que las piernas permanecen períodos de tiempo largos inmovilizadas.
Suponen un riesgo elevado de que los coágulos se desprendan y se desplazasen por el torrente sanguíneo y lleguen a los pulmones, ocasionando una embolia pulmonar.
Puede no presentar síntomas o manifestarse por hinchazón de la pierna afectada, enrojecimiento o decoloración de la pierna, inflamación y dolor que normalmente aparece en la pantorrilla, tipo calambre.
Los antecedentes familiares, la obesidad y el sobrepeso, el tabaquismo y tener más de 60 años aumentan el riesgo de padecer trombosis venosa profunda.
Flebitis
Se produce hinchazón de una vena, y puede ser:
- Superficial: en una vena está muy cerca de la superficie de la piel. Cursa con dolor y enrojecimiento de la zona. Suele aparecer en personas hospitalizadas por el uso de goteros en los brazos o por la trombosis de las varices.
- Profunda (tromboflebitis): en las venas que se encuentran en el interior de la pierna. Cursa con dolor intenso e incluso fiebre y con riesgo de aparición de trombos y si pasan al torrente sanguíneo, de embolia pulmonar. Precisa fármaco diluyente de la sangre por vena para disolver el trombo e incluso mantener posteriormente tratamiento anticoagulante por vía oral un tiempo determinado.
Aunque se viene recomendando el reposo con la extremidad elevada durante los primeros días del diagnóstico, para evitar que el trombo se desprenda, ya hay evidencia de la eficacia de la deambulación temprana para disminuir el dolor y probablemente en disminuir el riesgo de avance de la trombosis venosa profunda y no aumentar el riesgo de muerte por tromboembolismo. Tu médico Te indicará la mejor medida en su caso.
Varices
Las varices se ocasionan por la dilatación permanente y patológica, alargamiento y flexuosidad de las venas superficiales de los miembros inferiores. Las várices son la consecuencia del aumento de la presión en la circulación de retorno venoso que conduce a la dilatación progresiva de las venas. Se calcula que el 15% al 20% de la población mayor de 35 años padece de várices de diferentes grados. Son más frecuentes en mujeres y se desarrollan en particular a partir de los 50 años. Entre las causas que producen esta enfermedad, además de la predisposición genética (hay un fuerte componente hereditario), se han identificado factores desencadenantes como el estar de pie durante demasiado tiempo, el sobrepeso, la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo y sobre todo la acción de las hormonas femeninas.
Es una enfermedad que progresa con el tiempo, inicialmente puede ser asintomática y con el tiempo surgen los síntomas, que también son progresivos: pesadez, cansancio y/o dolor en las piernas, dilataciones de los capilares superficiales (telangiectasias), sensación de calor, enrojecimiento, sequedad y picor constante en la piel, dilataciones y alargamientos de las venas superficiales(varices o venas varicosas), hinchazón sobre todo en los tobillos (edema), dermatitis, eccemas, hiperpigmentaciones y calambres nocturnos.
Para identificar qué venas están afectadas se debe realizar un Eco-Doppler venoso de las piernas.
En fases iniciales se recomiendan las medias de compresión y ejercicios para mejorar la circulación. En ocasiones, si son muy visibles, la inyección de una sustancia esclerosante (fleboesclerosis), produce la desaparición gradual de las varices.
En estadíos más avanzados, en los que puede haber afectación de las venas safenas, hay 2 tratamientos alternativos: técnicas endovasculares, como la radiofrecuencia y el láser, con anestesia local y excelentes resultados y cirugía convencional(safenectomía), para extraer la vena afecta realizando incisiones
Las varices pueden prevenirse evitando la obesidad, realizando ejercicio físico regular y evitando estar mucho tiempo de pie.
Embolia pulmonar
La embolia pulmonar es una complicación grave, consecuencia del desplazamiento de un trombo desde la vena en que se forma hacia el pulmón, obstruyendo una de las arterias de los pulmones, poniendo en peligro la vida de la persona e incluso ocasionar la muerte súbita e inesperada.
Los factores que pueden aumentar el riesgo de una embolia pulmonar son los antecedentes de coágulos sanguíneos, alteraciones de la coagulación, enfermedad cardiaca, enfermedad por coronavirus 2019, períodos prolongados de inactividad (reposo en cama, viajes largos…), embarazo, anticonceptivos, tabaco, obesidad…
La complicación más grave es la embolia pulmonar, que si no se diagnostica y se trata con prontitud puede provocar la muerte o provocar hipertensión pulmonar, con arterias obstruidas dentro de los pulmones, mayor trabajo del corazón para bombear la sangre a través de esos vasos, lo que aumenta la presión arterial y termina debilitando el corazón.
Los signos y/o síntomas pueden variar mucho, según el estado del paciente (enfermedad pulmonar o cardíaca previa), la cantidad de pulmón afectada y el tamaño de los coágulos. Los más comunes son:
- Falta repentina de aire, que empeora con el esfuerzo.
- Piel húmeda o descolorida (cianosis)
- Dolor agudo en el pecho, similar al de la angina, que impide respirar de manera profunda y que se agudiza con la tos o al inclinarse/agacharse.
- Tos con esputo sanguinolento o con hilos de sangre.
- Desmayos, mareo o aturdimiento.
- Pulso acelerado y/o irregular
- Dolor o hinchazón en la pierna, por lo general en la pantorrilla, a causa de una trombosis venosa profunda
Tomar medidas para prevenir los coágulos sanguíneos en las piernas ayudará a protegerte contra la embolia pulmonar.
Recomendaciones
- Dieta saludable: Una dieta saludable, basada en frutas, verduras y productos integrales, y baja en grasas saturadas, colesterol y sodio, puede ayudar a controlar el peso, la presión arterial y el colesterol.
- Deje de fumar, muy perjudicial para la patología venosa.
- Ejercicio físico regular: ejercicio moderado y de forma regular e incluso mantener las piernas elevadas, siempre que sea posible, es muy importante para las personas que deban permanecer mucho tiempo sentadas o realizan viajes largos con frecuencia, para disminuir el riesgo de formación de coágulos.
- Utilice ropa cómoda, suelta, que no comprima la cintura ni pantorrillas para evitar que la sangre de retorno se estanque.
- Evite posturas forzadas que le aumenten el dolor, cambiar con frecuencia la posición de las piernas.
- Baños o duchas calientes. Realice la higiene personal con normalidad, secando las heridas perfectamente, y si es necesario aplica después, un antiséptico. Termine siempre la ducha con agua fría en ambas piernas, haciendo un masaje desde los tobillos hasta los muslos, activa la función venosa y disminuye la sensación de pesadez.
- Evite las temperaturas frías tanto como sea posible. Si no es posible, protéjase con varias capas de abrigo.
- Durante los viajes, es recomendable que beba mucha agua (para evitar la deshidratación, favorecedora de la formación de coágulos sanguíneos), evite el alcohol, no cruce las piernas cuando esté sentado, póngase de pie con frecuencia, muévase en el asiento, doble las rodillas varias veces y flexione los tobillos de 15 a 30 minutos. En viajes en automóvil, realice paradas frecuentes para caminar.
- Siempre bajo criterio médico, utilice las medias de compresión, que ejercen presión en las piernas para facilitar el movimiento de la sangre venosa de regreso al corazón.
Concepción Fernández
Actualizado junio 2023