A pesar de los numerosos beneficios del tratamiento endovascular, algunos pacientes pueden necesitar una cirugía. La revascularización quirúrgica está indicada en pacientes sin comorbilidades serias que limiten su expectativa de vida, en pacientes con lesiones técnicamente inadecuadas para la reparación endovascular y en pacientes en los que la reparación endovascular ha fracasado.
La revascularización quirúrgica de una extremidad, también llamada cirugía abierta o clásica, consiste en limpiar la obstrucción de la arteria quirúrgicamente(endarterectomía), retirando la capa interna de ateroma o realizar un puente (bypass) para saltar la lesión oclusiva o estenosada, y llevar la sangre desde una zona con buen flujo a una donde no lo hay. Es el tratamiento de elección en lesiones largas, oclusivas, muy calcificadas o con compromiso de la arteria poplítea.
La endarterectomía por cirugía abierta, permite la extracción de las placas de ateroma de la arteria comprometida, restableciendo el flujo arterial. Suele ser efectiva en arterias no dilatadas, con lesiones regulares y poco calcificadas. con arteriorrafia (sutura de una pared arterial) con parche es una solución poco invasiva y que puede salvar a un miembro con riesgo de pérdida inminente. La principal ventaja de la endarterectomía es que se evita la colocación de injertos protésicos y, por lo tanto, permite la realización de reintervenciones posteriores en caso de evolución de la enfermedad arteriosclerótica.
El bypass o parche en las arterias puede realizarse con material protésico sintético [como politetrafluoroetileno expandido (PTFEe) o poliéster (dacron)], diseñado para no causar rechazo en el paciente una vez suturado o con material orgánico (segmentos de venas del mismo paciente u homoinjertos).
Los bypasses más frecuentes son: aorto-bifemoral, axilo-bifemoral, fémoro-femoral, fémoro-poplíteo y distal. Su cirujano elegirá el tipo de reconstrucción arterial más adecuado a su caso.
Las complicaciones más importantes después del bypass quirúrgico incluyen infección de la herida, necrosis(muerte del tejido), pérdida de tejido, oclusión del injerto y sangrado. Los pacientes que se someten a un bypass infrainguinal para el rescate de una extremidad, a menudo, experimentan una cicatrización tardía de la herida, episodios de isquemia recurrente y la necesidad de reintervenciones.
La vida útil de un bypass quirúrgico depende de la salud de sus arterias, el tipo de injerto utilizado (los injertos venosos naturales duran más que los sintéticos) y otros factores de riesgo, como tabaco, diabetes o insuficiencia renal.
Antes de la cirugía
- Suspensión de los fármacos antiagregantes 3-5 días antes de la cirugía y en pacientes con tratamiento oral anticoagulante, sustituirlo por anticoagulantes inyectables (heparina). Su médico le indicará las pautas a seguir en su caso.
- Evite tomar antiinflamatorios durante una semana antes de la cirugía, a menos que su médico le indique lo contrario.
- Será recibido por el personal de enfermería, que comprobará su identidad y el tipo de cirugía a realizar y le colocarán una pulsera identificativa que permita su correcta identificación durante el ingreso y paso por los diferentes servicios del hospital.
- La enfermera le hará una entrevista para conocer sus necesidades y así planificar los cuidados necesarios para que después de la cirugía recupere su estado basal cuanto antes.
- Le realizarán algunas pruebas más (radiografía, electrocardiograma y análisis/reserva de sangre), le dirán cómo preparar su piel (rasurado, baño con antiséptico y enjuagues bucales) y le dirán cuándo debe iniciar el ayuno previo a la cirugía.
- Su enfermera le proporcionará toda la información sobre la hora en la que está programada la cirugía, duración aproximada del procedimiento, actividades postoperatorias habituales, lugares de espera para familiares durante la cirugía y el lugar donde recibirán información sobre el resultado de la intervención.
- Mantendrá unas horas de ayuno, según protocolo de su hospital.
- Es importante que descanse, se le proporcionará algún sedante si lo necesita, según protocolo de su hospital.
- Un cirujano del equipo revisará su historial y le aclarará sus dudas.
- Pasará a quirófano desprovisto de ropa, esmaltes, joyas y prótesis y con una bata de un solo uso.
Durante la cirugía
- En quirófano, la enfermera vuelve a verificar su identidad (pulsera identificativa: datos del paciente, diagnóstico y procedimiento quirúrgico) y revisa la historia clínica completa y las pruebas complementarias.
- La enfermera le aclarará conceptos o posibles dudas respecto al entorno quirúrgico y cirugía, con el objetivo de disminuir la ansiedad.
- Le canalizarán una vía venosa para administrar sueros y/o fármacos necesarios.
- Le colocarán unos electrodos en el pecho para controlar en un monitor la actividad eléctrica del corazón durante el procedimiento.
- En el quirófano puede tener sensación de frío (necesario para mantener el espacio quirúrgico libre de gérmenes).
- El anestesista le podrá poner anestesia general o anestesia raquídea o epidural, inyectándote un medicamento en la columna vertebral para insensibilizarlo de la cintura para abajo, para que no sienta dolor. El tipo de anestesia dependerá de la arteria que se vaya a tratar y el tipo de intervención.
- Es posible que le coloquen una sonda nasogástrica por la nariz para drenar los líquidos gástricos. También pueden ponerle una sonda en la vejiga para recoger la orina.
Después de la cirugía
- Le pasarán a la sala de reanimación, hasta que su presión arterial, pulso y respiración estén estables y se haya recuperado totalmente de la anestesia.
- Controlarán frecuentemente el pulso, debajo de la incisión quirúrgica, para comprobar el flujo sanguíneo, el color (pálido o rosado), el calor, el dolor y el movimiento de la pierna.
- Iniciará tolerancia a líquidos pasadas unas horas y progresivamente a la dieta sólida prescrita por su médico. Una vez tolerada la dieta, le retirarán los sueros y la sonda nasogástrica, en caso de llevarla puesta. La hidratación oral es fundamental para evitar el deterioro de la función renal.
- Reposo en cama las primeras 24h, posteriormente iniciará la sedestación y la deambulación progresiva.
- Cura de la herida a las 24h. Observar la aparición de sangrado, hematoma, enrojecimiento y/o dolor importante. Mantener siempre el apósito seco.
- Al principio, puede tener la pierna hinchada. Esto es normal y puede durar 2 o 3 meses. Manténgala en alto cuando esté sentado.
- Será dado de alta a su domicilio para completar la recuperación. Le facilitarán la cita para la primera revisión con su cirujano cardiovascular.
- Podrá caminar al poco tiempo de la cirugía. Caminar ayuda a reducir la hinchazón y a curar la incisión.
- La recuperación completa suele ser entre 6-12 semanas
Concepción Fernández
Actualizado octubre 2023