El trasplante cardiaco es el tratamiento de elección para determinados pacientes con insuficiencia cardiaca avanzada, que presentan signos y síntomas persistentes y/o progresivos a pesar de la terapia farmacológica óptima, sin opción a cirugía convencional, y que no tengan contraindicación para el trasplante.
Siempre que se apliquen los criterios adecuados de selección, aumenta significativamente la calidad de vida, la supervivencia, la capacidad de ejercicio y la reincorporación a la vida social y laboral.
El paciente con trasplante cardiaco precisa tratamiento con inmunosupresión de por vida, para evitar tanto el rechazo agudo como el crónico. Los inmunosupresores hacen que el sistema inmunitario sea menos capaz de detectar y destruir las células cancerosas o de combatir las infecciones que causan cáncer, por lo que tienen muchos efectos secundarios, algunos de ellos graves (neoplasias, infecciones, nefrotoxicidad) e interacciones farmacológicas, por lo que el tratamiento ha de ajustarse meticulosamente a las necesidades del paciente.
Los pacientes precisan un estrecho seguimiento que incluye analíticas, revisiones ambulatorias y en ocasiones hospitalizaciones. El paciente ha de estar bien informado, motivado y emocionalmente estable y debe de ser capaz de cumplir con un tratamiento médico complejo.
El corazón donado debe estar en condición óptima, sin enfermedades y ser lo más compatible posible con su tipo de sangre y tejido para reducir la probabilidad de que su cuerpo lo vaya a rechazar.
No todos los pacientes son candidatos a trasplante cardiaco, hay circunstancias que pueden contraindicar el trasplante, como:
- Hipertensión pulmonar.
- Presencia de enfermedades graves e irreversibles renales, pulmonares, neurológicas o hepáticas que pudieran acortar la esperanza de vida del paciente.
- Accidente cerebrovascular y enfermedad de las arterias del resto del organismo, como las del cerebro o las piernas.
- Diabetes mellitus con daño importante de otros órganos.
- Infecciones activas, como hepatitis y virus del sida.
- Enfermedades cancerosas en los últimos cinco años.
- Trastorno psiquiátrico o cognitivo severo que interfiera en la cumplimentación del régimen de vida y los cuidados post-implante
- Falta de apoyo familiar y social.
- Adicción a estilos de vida nocivos, como alcohol, el tabaco o las drogas.
- Falta de motivación y compromiso para adherirse al tratamiento farmacológico y/o cumplir con todas las revisiones.
Preparación del paciente
Una vez tomada la decisión de trasplante, es necesario realizar una serie de pruebas para asegurar una correcta valoración del estado del paciente y poder incluirlo en la Lista de Espera de trasplante Cardíaco, que está coordinada por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).
La preparación del paciente para un trasplante de corazón puede empezar con mucha antelación a la cirugía, desde muchas semanas y meses hasta años, antes de recibir el corazón de un donante.
Las más comunes son:
- Exámenes de laboratorio: análisis de sangre y de orina para detectar la función renal, la presencia de enfermedades víricas y el grado de defensa… y determinación del grupo sanguíneo e histotipado para determinar la incompatibilidad de grupo sanguíneo y verificar que su cuerpo no vaya a rechazar el corazón donado.
- Electrocardiograma y el Holter cardíaco para valorar el ritmo del corazón.
- Radiografía de tórax y tomografía axial computarizada para conocer las estructuras torácicas.
- Ecocardiogramas y el cateterismo cardíaco para el estudio de las estructuras cardiacas y de las arterias del corazón.
- Eco doppler de troncos para ver los vasos sanguíneos y ecografía abdominal (hígado, riñones, bazo, páncreas y pelvis menor).
- Pruebas de función respiratoria para evaluar los pulmones.
- A las mujeres se les puede realizar una prueba de Papanicolaou, una evaluación ginecológica y una mamografía.
- Estudio odontológico, los dientes en mal estado son una potencial fuente de infecciones para el corazón.
- Evaluación psicológica y social, para valorar el estrés, los problemas financieros y el soporte familiar o de otras personas importantes.
Además, se administrarán varias vacunas para disminuir el riesgo de infecciones que puedan afectar al corazón trasplantado.
Día del trasplante
Cuando la ONT comunica la existencia de un donante adecuado, se avisa al paciente receptor para que ingrese en el hospital si está en el domicilio. Se una analítica preoperatoria y se comienza la administración de medicación inmunosupresora (ciclosporina A, corticoides y otros), para evitar el rechazo del órgano, y la profilaxis antibiótica, para evitar la infección.
Trasplante cardiaco
El trasplante se realiza con anestesia general, por esternotomía media (incisión longitudinal a lo lardo del esternón) y con Circulación Extracorpórea y se diseca el corazón del receptor. Cuando el equipo extractor llega al quirófano con el corazón del donante, se clampa la aorta del receptor y se quita el corazón nativo, dejando solamente la cara posterior de la aurícula derecha e izquierda, donde se va a suturar el nuevo corazón, que se ubica en el mismo espacio físico que ocupaba el corazón enfermo del receptor.
Una vez suturado el nuevo corazón, previas anastomosis de estructura y vasos sanguíneos, el paciente es desconectado de la máquina de cirugía extracorpórea y el nuevo corazón empieza a latir. A veces se necesitan fármacos que ayuden a mantener el ritmo cardíaco, la tensión arterial, la frecuencia respiratoria, el ritmo urinario…para pasarlo a la Unidad de Cuidados Intensivos en condiciones óptimas.
El paciente estará unos días en cuidados intensivos, con el debido tratamiento postoperatorio e inmunosupresor y una vez estabilizado pasará a la unidad de hospitalización, donde permanecerá entre 2 -3 semanas, según evolución.
Riesgos
Además de los riesgos de someterse a una cirugía a corazón abierto, que incluyen sangrado, infección y coágulos de sangre, los riesgos de un trasplante de corazón incluyen:
- Fallo del injerto, en el quirófano o inmediatamente después de la intervención quirúrgica.
- Rechazo agudo, más frecuente en los primeros meses. Por ello, es necesario continuar con el tratamiento inmunosupresor, iniciado antes de la intervención. La única manera de detectar síntomas de rechazo es mediante biopsias periódicas de tejido cardíaco.
- Infecciones: principal causa de muerte después del trasplante cardiaco. Es necesario mantener un ajuste adecuado de los fármacos inmunosupresores, ni escaso, para evitar el rechazo, ni excesivo, para prevenir infecciones.
- Enfermedad coronaria: evoluciona lentamente y suele aparecer de forma tardía. Para prevenirla, aparte de las medidas higiénicas y dietéticas habituales, es conveniente tratamiento con aspirina® en dosis muy bajas.
- Enfermedad vascular del injerto: engrosamiento del revestimiento interno de las arterias coronarias. También llamado rechazo crónico, ocurre que ocurre a partir del primer año de la operación. Son necesarios cateterismos cardiacos para evaluar las coronarias (coronariografía), e implantar stents (muelles) para mejorar el flujo de sangre. Si esto no es suficiente, el único tratamiento posible de la enfermedad vascular severa del injerto cardiaco es el retrasplante.
- Cáncer: la disminución de las defensas, provocada por el tratamiento inmunosupresor, también puede originar el crecimiento de células malignas. Los linfomas y los tumores de piel son los tumores más frecuentes.
- Toxicidad por los inmunosupresores: algunos de estos medicamentos pueden producir hipertensión arterial, aumento del colesterol, de los triglicéridos o del nivel de glucosa en el organismo , insuficiencia renal o insuficiencia hepática.
El proceso quirúrgico y las recomendaciones generales son las mismas que en las otras cirugías del corazón.
Seguimiento y cuidados específicos después del trasplante
Los pacientes trasplantados necesitan revisiones frecuentes, especialmente en los primeros meses tras el trasplante, durante muchos años. En ellas se realizan pruebas de manera regular, como análisis de sangre (control de los niveles de inmunosupresión y los posibles efectos adversos) según la necesidad de ajuste, electrocardiograma, ecocardiograma y biopsias del corazón, todos los meses durante los primeros 6 a 12 meses después del trasplante y, con menor frecuencia, después de ese tiempo.
Cuidados específicos del trasplante
Controles: Debe controlarse la tensión arterial, la temperatura, el peso y afecciones de la piel.
Avisar si presenta: temperatura mayor de 37ºC, tensión arterial sistólica mayor de 140 o menor de 100, frecuencia cardiaca mayor de 120 lpm y aumento de peso de más de 2-3 kg semanales no justificados por aumento de la dieta.
Higiene corporal bucal y lavado de manos con frecuencia. Limpieza en casa (lejía en el cuarto de baño).
Alimentación: evitar alimentos crudos de riesgo como carne y pescado crudo, o marisco fresco. Evitar huevos ó lácteos fuera de casa. Pelar la fruta y vegetales bien lavados con unas gotas de lejía. Cocine bien los alimentos, preferiblemente a temperaturas altas (cocido, frito, asado, ...).
Ejercicio físico progresivo. Se recomienda natación, bicicletas y caminar.
Medidas de prevención, como el uso de mascarilla en los centros sanitarios y lugares riesgo (obras, edificios abandonados…) y evitar el contacto con personas enfermas o situaciones de riesgo, como zonas en excavación y lugares públicos con afluencia masiva. No convivir con ningún animal de compañía.
Signos de alarma: el paciente deberá observar y controlar los signos y síntomas de rechazo o infección como fiebre, dificultad para respirar, fatiga, mareos, pies hinchados, aumento de peso, orina insuficientes etc... Si nota alguno de ellos tendrá que informar inmediatamente al equipo de trasplante.
Concepción Fernández. Actualizado septiembre 2023