La insuficiencia cardiaca es una enfermedad que impide al corazón bombear suficiente sangre al organismo. Puede afectar al lado derecho del corazón, impidiendo bombear suficiente sangre a los pulmones, al lado izquierdo, impidiendo que pueda bombear suficiente sangre oxigenada al resto del cuerpo o a ambos lados del corazón. Esta reducción del riego sanguíneo a los órganos y tejidos puede ocasionar un FALLO CIRCULATORIO. Se caracteriza por una tendencia a la retención de líquidos (edemas), que se acumulan en los pulmones, en las piernas o en el abdomen. Muchas de las enfermedades del corazón acaban en insuficiencia cardiaca.
La insuficiencia cardíaca del lado izquierdo es más común que la insuficiencia cardíaca del lado derecho. Hay dos tipos de insuficiencia cardíaca del lado izquierdo, según la fracción de eyección (cantidad de sangre que bombea el ventrículo izquierdo en cada latido):
- Insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada: el corazón está rígido y no se relaja normalmente después de la contracción, y no se llena de sangre fácilmente, aunque si puede bombearla.
- Insuficiencia cardíaca con fracción de eyección reducida: el corazón se contrae menos enérgicamente y no expulsa toda la sangre que le llega, acumulándose en los pulmones, en las venas o en ambos a la vez.
La insuficiencia cardiaca puede aparecer de forma brusca (IC aguda), causada por una lesión o infección que daña el corazón, un ataque al corazón o un coágulo de sangre en el pulmón o hacerse crónica, causada por otras afecciones médicas que dañan o sobrecargan el corazón, con síntomas progresivos con el paso del tiempo. Así mismo, la insuficiencia cardíaca puede dañar el hígado o los riñones y provocar hipertensión pulmonar u otras afecciones cardíacas, como latidos cardíacos irregulares, enfermedad de las válvulas cardíacas e incluso paro cardíaco.
La insuficiencia cardiaca tiene un gran impacto sanitario económico y social debido a su elevada prevalencia, la pérdida de calidad de vida que produce en el paciente y sus cuidadores y la frecuente necesidad de ingresos hospitalarios (1ª causa en personas >65 años).
Causas
Las causas más frecuentes de insuficiencia cardiaca son el infarto o la enfermedad de las arterias coronarias, la presión arterial alta (hipertensión arterial), las enfermedades de las válvulas cardiacas (valvulopatías), las enfermedades del músculo cardiaco (miocardiopatías), que provocan dilatación e importante pérdida de fuerza del corazón, y algunos tipos de arritmias, como la Fibrilación Auricular. En las personas mayores de 65 años, la insuficiencia cardíaca también es causada por un músculo cardíaco engrosado y rígido que se relaja demasiado lentamente, haciendo que el líquido se acumule en los pulmones cuando el corazón está estresado, como durante el ejercicio físico.
Además, hay enfermedades o cuadros clínicos que requieren mayor aporte de sangre al organismo, que pueden desencadenar la insuficiencia cardiaca, como la anemia, las enfermedades del tiroides o las fístulas arteriovenosas de los pacientes en diálisis.
Diagnóstico
La historia clínica para valorar los factores de riesgo cardiovascular, antecedentes familiares de miocardiopatías o enfermedades valvulares… auscultación de ruidos y soplos cardíacos anormales y acumulación de líquido en los pulmones, y un examen físico para detectar pulso débil y a menudo acelerado, presión arterial baja, hinchazón de las venas del cuello, aumento del tamaño del hígado e hinchazón del abdomen o de las piernas.
Análisis de sangre para ver la concentración de ciertas moléculas que aumentan cuando hay insuficiencia cardiaca, los niveles de glucosa en sangre y el funcionamiento del hígado y riñones.
El electrocardiograma o un Holter o un monitor de eventos (aparatos puestos al menos durante 24 horas que registran la respuesta del corazón mientras se realizan las actividades normales) permiten ver la actividad eléctrica del corazón.
La radiografía de tórax puede mostrar si el corazón está agrandado y si hay líquido en los pulmones o alrededor de ellos. El ecocardiograma permite evaluar el funcionamiento de las válvulas, el movimiento de la pared cardíaca y el tamaño del corazón y conocer la fracción de eyección. La ergometría o prueba de esfuerzo mide la cantidad de ejercicio que tolera el corazón y la respuesta al mismo.
La tomografía computarizada cardíaca, una resonancia magnética cardíaca o pruebas de medicina nuclear permiten conocer el funcionamiento del corazón.
El cateterismo cardíaco permite ver si las arterias coronarias están afectadas.
Síntomas y signo
Los síntomas de la insuficiencia cardíaca dependen del tipo de insuficiencia cardíaca (derecha o izquierda). A veces, pueden confluir ambos síntomas y con el tiempo, la insuficiencia cardíaca izquierda genera insuficiencia derecha.
Insuficiencia cardiaca izquierda
- Cansancio y debilidad al realizar actividades físicas, por falta de aporte de sangre suficiente a los músculos.
- Dificultad para respirar(disnea), por acúmulo de líquido en los pulmones, en principio durante el ejercicio, hasta hacerse progresiva con esfuerzos menores y llegar a estar presente en el reposo.
- Dificultad respiratoria al estar acostados(ortopnea)
- Disnea paroxística nocturna: despertar súbito, sin aliento, que mejora al sentarse y dormir sentado.
- Somnolencia y falta de concentración, por insuficiente aporte de flujo sanguíneo al cerebro.
- A veces puede aparecer tos seca y persistente motivada por la retención de líquido en los pulmones (o por tratamiento con inhibidores de la enzima de conversión). En algunos casos, se produce esputo sanguinolento al toser.
Insuficiencia cardiaca derecha:
- Acumulación de líquidos, con hinchazón (edema) en pies, tobillos y piernas, que puede extenderse a los pulmones, el hígado y abdomen, provocando sensación de plenitud, náuseas, distensión abdominal y pérdida de apetito.
- Incremento rápido de peso.
- Necesidad de orinar frecuentemente, más por la noche que por el día (nicturia)
- La insuficiencia cardíaca derecha grave puede dar lugar a pérdida de peso y de masa muscular (caquexia cardíaca).
Tratamiento
La insuficiencia cardíaca es una enfermedad grave que no tiene cura, pero se puede controlar modificando los hábitos y estilos de vida y con un tratamiento farmacológico que mejore los signos y los síntomas. Cuando a pesar del tratamiento médico continúan los síntomas, existen determinadas alteraciones en el electrocardiograma y/o una función del corazón muy disminuida, es necesario implantar dispositivos cardiacos para mejorar los síntomas (terapia de resincronización cardiaca) o como prevención de arritmias ventriculares o muerte súbita (desfibrilador automático implantable).
El beneficio del tratamiento farmacológico, se basa en la combinación de 4 fármacos que reducen la morbimortalidad, el riesgo de hospitalización por insuficiencia cardiaca, mejoran el pronóstico de la enfermedad e influyen en la calidad de vida del paciente:
- Los Inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) para mejorar los síntomas y la capacidad de ejercicio, reducir el riesgo cardiovascular y aumentar la supervivencia o Inhibidores del receptor de angiotensina-neprilisina (ARNI) en pacientes sintomáticos con fracción de eyección reducida.
- Betabloqueantes, disminuyen la frecuencia cardiaca y facilitan que el corazón bombee sangre, mejorando los síntomas.
- Antagonistas del receptor de mineralocorticoides (ARM), reducen la cantidad de sangre que debe bombear el corazón y mejoran los síntomas.
- Inhibidor del cotransportador de sodio-glucosa 2 (iSGLT2), independientemente de si hay diabetes o no, reducen el riego de hospitalización por insuficiencia cardiaca y muerte cardiovascular.
Otros fármacos
- Antagonistas del receptor de la angiotensina II (ARA II) en pacientes que no toleren inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) o inhibidores del receptor de angiotensina-neprilisina (ARNI).
- Diuréticos, en pacientes con fracción de eyección reducida, con signos y síntomas de congestión, para eliminar el exceso de sodio y líquido del cuerpo.
- La ivabradina puede ser beneficiosa en algunos casos, ya que disminuye la frecuencia cardiaca.
- La digoxina, en pacientes con fracción de eyección reducida, sintomáticos, a pesar del tratamiento óptimo, para intentar reducir las hospitalizaciones y mejorar los síntomas.
Recomendaciones
En la insuficiencia cardiaca es muy importante que el paciente conozca la enfermedad, identifique sus signos y síntomas de descompensación, siga el tratamiento farmacológico y no farmacológico y modifique su comportamiento sobre su estilo de vida para poder controlar la enfermedad y así mejorar su calidad de vida.
- Dieta cardiosaludable, como la mediterránea, rica en frutas y verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos y semillas, baja en sal (<gramos diarios), sin azúcares y baja en grasas. Utilizar aceite de oliva como grasa principal y condimentos como ajo, limón, vinagre, hierbas aromáticas, pimienta….
Evitar los precocinados (congelados, enlatados, salsas) o los conservantes, suelen contener sal añadida y alimentos ultraprocesados. - La ingesta de líquidos dependerá de la severidad de la enfermedad, del efecto que le provoque la medicación para orinar y del funcionamiento del riñón. En condiciones normales,1.5-2L/día (contabilizar la fruta, la sopa, la leche…), que puede incrementarse medio litro los días de calor o que realiza ejercicio.
- Control del peso 2-3 veces por semana, si está estable, y diario, si presenta síntomas de empeoramiento. Siempre en la misma báscula, en ayunas, después de orinar y con el mismo tipo de ropa. Un aumento brusco del peso alerta sobre la acumulación de líquido, antes de que se presenten los síntomas.
- Control de la tensión arterial (< 130/85 mmHg) y pulsaciones (entre 50 y 100 latidos por minuto) con la frecuencia que le indiquen su médico y/o enfermera.
- No fumar, el tabaco afecta a las arterias del corazón y puede agravar tu enfermedad.
- Evitar el alcohol y las drogas, aumentan el consumo de oxígeno del corazón, agrava su estado de salud y aumenta el riesgo de sufrir enfermedades, accidentes, lesiones o trastornos mentales o del comportamiento. Restricción total en los episodios de descompensación.
- Realizar las actividades de la vida diaria, alternando con periodos de descanso u otras tareas. Adaptarlas a los horarios y circunstancias en los que se encuentre mejor.
- Realizar ejercicio físico cada día, de forma regular (caminar, nadar, andar en bici…), según tolerancia. Su médico y/o enfermera le indicarán el tipo de ejercicio más idóneo en su caso y programas de ejercicio físico que pueda realizar. Realizar calentamiento previo al ejercicio, y estiramientos al final. Evitar siempre la actividad física después de las comidas o ante temperaturas extremas. Si aparece alguna molestia, descanse, y si ésta persiste, consulte con su médico o enfermera.
La rehabilitación cardíaca es beneficiosa para mejorar el nivel de ejercicio y reducir los factores de riesgo. - Programe viajes y actividades de ocio según la capacidad física y siempre que no tenga síntomas. Evitarlos viajes a grandes altitudes (>1.500 m sobre el nivel del mar) y a lugares con clima cálido y húmedo y durante el viaje, intentar mover las piernas y andar. Lleve siempre el informe médico y la medicación actualizada.
- Puede mantener relaciones sexuales con tranquilidad, pasados al menos 15-20 días del episodio agudo, salvo en estadíos avanzados de la enfermedad o en la descompensación, siempre que no aparezcan síntomas indebidos.
- Es conveniente vacunarse contra la gripe todos los años y al menos una vez o cada 5 años contra el neumococo.
- Reducir y manejar el estrés, hacer frente a los problemas puede mejorar su salud mental y física.
- Obtener un sueño de buena calidad ayuda a mejorar los síntomas de insuficiencia cardíaca.
- Tome la medicación que el médico le haya indicado. La enfermera le explicará como tomarla, sobre lo que ha de hacer si se salta una dosis, las consecuencias de no tomar una dosis o suspender la medicación y como aumentar la dosis de diurético durante 2 o 3 días consecutivos, si aumenta de 2 kg o más de peso en menos de 3 días y volver a la dosis habitual cuando hay recuperado el peso inicial.
Evite los antiinflamatorios y los corticoides y en general los comprimidos efervescentes. Si se olvida de una toma, no doblar la dosis en la toma siguiente.
NO ABANDONE EL TRATAMIENTO, AUNQUE SE ENCUENTRE BIEN Y NO SE AUTOMEDIQUE. - Comunique a su médico y/o enfermera cualquier cambio que afecte a su estado de salud:
- Ganancia rápida de peso 1 kg/1 día o 3 kg / semana.
- Tos irritativa y persistente (sobre todo en la cama).
- Edemas de pies, tobillos o piernas.
- Dolor en el pecho y/o palpitaciones.
- Disminución de la cantidad de orina.
- Cansancio intenso.
- Disnea con menor esfuerzo o reposo.
- Mareos y/o pérdida de conocimiento.
- Ortopnea o necesidad de aumentar el número de almohadas para dormir.
- Distensión abdominal y otras partes del cuerpo.
Concepción Fernández
Actualizado junio 2023