La insuficiencia cardiaca (IC) es una enfermedad que impide al corazón bombear suficiente sangre al organismo, no pudiendo llevar el oxígeno y los nutrientes necesarios al resto del organismo para su normal funcionamiento. Esta reducción del riego sanguíneo a los órganos y tejidos puede ocasionar un FALLO CIRCULATORIO. Se caracteriza por una tendencia a la retención de líquidos (edemas), que se acumulan en los pulmones, en las piernas o en el abdomen, provocando síntomas típicos como disnea (sensación de falta de aire), inflamación de tobillos y fatiga.
La IC tiene un gran impacto sanitario económico y social debido a su elevada prevalencia, la pérdida de calidad de vida que produce en el paciente y sus cuidadores y la frecuente necesidad de ingresos hospitalarios (1ª causa en personas >65 años).
La insuficiencia cardiaca puede aparecer de forma brusca (IC aguda) o hacerse crónica, con síntomas progresivos con el paso del tiempo, convirtiéndose en un problema crónico, que no se cura en la mayoría de ocasiones, pero que se puede controlar con un tratamiento farmacológico que mejore los signos y síntomas y fundamentalmente modificando los hábitos y estilos de vida.
Las causas más frecuentes de IC son el Infarto o enfermedad de las arterias coronarias, la presión arterial alta (hipertensión arterial), las enfermedades de las válvulas cardiacas (valvulopatías), las enfermedades del músculo cardiaco (miocardiopatías) y una arritimia, como la Fibrilación Auricular. No abandonar nunca el tratamiento médico, aunque desaparezcan los síntomas y seguir una vida cardiosaludable es prioritario para prevenir y controlar la enfermedad de las arterias coronarias, la presión arterial alta, la diabetes o la obesidad y así evitar la aparición de la insuficiencia cardiaca.
Cuando a pesar del tratamiento médico continúan los síntomas, existen determinadas alteraciones en el ECG y/o una función del corazón disminuida (<35%). es necesario implantar dispositivos a los pacientes para mejorar los síntomas (TRC) o disminuir la probabilidad de morirse de repente (DAI).
Si a pesar de todo el paciente no mejora, se podría plantear (según la edad y la presencia de otras enfermedades o complicaciones) el trasplante cardiaco.
Consulta a tu médico y/o enfermera si
- Dificultad para respirar, sobre todo al realizar esfuerzos.
- Sensación de falta de aire al estar tumbado en la cama, o si estando durmiendo, esa sensación te despierta bruscamente.
- Latidos del corazón rápidos o irregulares asociados con falta de aire, dolor en el pecho o desmayos.
- Fatiga y cansancio muscular
- Retención de líquidos e hinchazón en tobillos, piernas y abdomen
- Pérdida de apetito.
- Aumento inexplicado del peso.
- Confusión, mareos y en algunos casos, pérdida del conocimiento
- Tos seca, a veces con pitos.
- Taquicardias y palpitaciones más rápidas de lo normal.
- Poca tolerancia al ejercicio, debido a la fatiga.
Consejos
- Dieta cardiosaludable, evita comer alimentos con alto contenido en sal. Utilice nuevos condimentos (pimienta, limón, vinagre, ajo, etc.). Evite las cenas copiosas.
- Limita la ingesta de líquidos. ¡No más de 1,5litros al día! (incluye agua, leche, sopas, fruta y todos los líquidos que tome a diario)
- Pésate diariamente. Un aumento brusco del peso te avisa de una nueva recaída.
- Controla la tensión arterial (< 140/90 mmHg) y pulsaciones todos los días (50 y 100 latidos por minuto).
- No fumes, el tabaco afecta a las arterias del corazón y puede agravar tu enfermedad.
- Evita el alcohol y las drogas, aumentan el consumo de oxígeno del corazón y agravará tu estado de salud. Tu corazón está debilitado y aunque el abandono completo del consumo de alcohol puede hacer que el corazón recupere su forma y función normales, la ingesta de nuevo de alcohol, aunque sea en pequeñas cantidades, puede dilatar y debilitar de nuevo muy rápidamente el corazón.
- Haz ejercicio cada día de forma regular (caminar, andar en bici…) un mínimo de 15-30 minutos todos los días; si siente alguna molestia, descanse, y si ésta persiste, acuda a su médico o enfermera. Evitar siempre la actividad física después de las comidas o ante temperaturas extremas.
- Toma la medicación que tu médico te ha indicado. Evita los antiinflamatorios y los corticoides y en general los comprimidos efervescentes. Si te olvidas de una toma no doblar la dosis en la toma siguiente. NO ABANDONES EL TRATAMIENTO, AUNQUE TE ENCUENTRES BIEN Y NO TE AUTOMEDIQUES.
- Es conveniente vacunarse contra la gripe todos los años y al menos una vez o cada 5 años contra el neumococo.
- Reducir y controlar el estrés
- Comunica a tu médico y/o enfermera cualquier cambio que afecte a tu estado de salud.
Descarga la ficha sobre insuficiencia cardiaca
Dieta para la insuficiencia cardiaca
Contenido elaborado por Concepción Fernández. Junio de 2020.