Las arritmias son trastornos del ritmo cardiaco que se originan cuando los impulsos eléctricos que coordinan los latidos cardíacos no funcionan correctamente ocasionando alteración en el origen, la frecuencia, la regularidad o la conducción del impulso cardiaco.
La causa más frecuente de las arritmias es una enfermedad cardíaca, en particular la enfermedad de las arterias coronarias, el mal funcionamiento de las válvulas y la insuficiencia cardíaca. Algunas son consecuencia de anomalías anatómicas presentes desde el nacimiento (defectos congénitos) y en edad más avanzada, los cambios en el sistema eléctrico del corazón, pueden ocasionar ciertos tipos de arritmia.
Las complicaciones dependen del tipo de arritmia. Las arritmias cardíacas se asocian con un mayor riesgo de coágulos sanguíneos, que si se desprenden, pueden pasar del corazón al cerebro y provocar un accidente cerebrovascular.
A menudo, la naturaleza y la gravedad de la cardiopatía subyacente son más importantes que la arritmia en sí misma.
Tipos de arritmias
Según el origen:
- Supraventriculares: se originan en las aurículas o el nodo auriculo-ventricular. Son la fibrilación auricular -aurículas y ventrículos no funcionan en forma conjunta-, el aleteo auricular -aurículas y ventrículos se contraen con frecuencias diferentes- y la taquicardia paroxística supraventricular - latidos fuertes del corazón (palpitaciones) que comienzan y terminan abruptamente -. Síndrome de Wolff-Parkinson-White, anomalía congénita al momento de nacer, con una vía eléctrica adicional entre la aurícula y los ventrículos.
- Ventriculares: se inician en los ventrículos, pueden ser muy peligrosas y, habitualmente, requieren atención médica inmediata. Son la taquicardia ventricular -latido regular y rápido de los ventrículos que puede durar solo unos pocos segundos o mucho más tiempo, y producir arritmias más serias, como una fibrilación ventricular- y la fibrilación ventricular- los ventrículos no se llenan lo suficiente y no bombean sangre al cuerpo, pudiendo desencadenar un paro cardíaco súbito y la muerte en pocos minutos.
Según la frecuencia:
- Rápidas o taquicardias, con frecuencia cardíaca en reposo superior a los 100 latidos por minuto.
La taquicardia puede desencadenarse sola, durante el ejercicio, con el malestar psíquico, el consumo excesivo de alcohol, el tabaquismo o por fármacos que contienen estimulantes, como los utilizados para el resfriado y la alergia. El hipertiroidismo, que produce concentraciones altas de hormona tiroidea, causa arritmias rápidas.
- Lentas o bradicardias, con frecuencia cardíaca en reposo inferior a los 60 latidos por minuto). La bradicardia puede ser grave si la frecuencia cardíaca es muy lenta y el corazón no puede bombear suficiente sangre rica en oxígeno al cuerpo. Algunas personas, especialmente los adultos jóvenes sanos y los atletas entrenados, pueden tener normalmente frecuencias cardíacas más bajas.
Hay 2 tipos, síndrome del seno enfermo, más común en adultos mayores y bloqueo de la conducción, en el que las señales que desencadenan los latidos del corazón son más lentas o se detienen (bloqueos cardiacos).
Puede estar causada por hipotiroidismo, alteraciones del potasio y el calcio, apnea obstructiva del sueño, enfermedad inflamatoria, como fiebre reumática o lupus y fármacos sedantes, hipotensores, antiarrítmicos y/o antidepresivos…).
- Latido cardíaco prematuro o extra cuando la señal para generar el latido ocurre demasiado temprano y crea una pausa, seguida por un latido más potente cuando el corazón retoma su ritmo regular.
Según la presentación, paroxísticas, aparecen esporádicamente en situaciones puntuales o crónicas, mantenidas en el tiempo.
Síntomas
Las manifestaciones clínicas de las arritmias son variadas, incluso algunas pueden cursar sin síntomas, pero también originar la muerte. Los síntomas más frecuentes son: palpitaciones, (“sensación de golpes en el pecho” y a veces con latidos rápidos en el cuello), disnea (“sensación subjetiva de falta de aire”, con sensación de malestar general, y normalmente relacionada con el ejercicio) , palidez, sudoración o diaforesis, angina (la taquicardia produce angina al aumentar el consumo de oxígeno del miocardio), síncope( pérdida de conocimiento por la disminución de la circulación cerebral, con recuperación completa sin secuelas) , síntomas neurológicos, insuficiencia cardiaca y PARADA CARDIORRESPIRATORIA (PCR) Y MUERTE SÚBITA, formas más mortales de las arritmias.
Diagnóstico
El electrocardiograma es la prueba más común para diagnosticar arritmia, pero sólo permite detectarla si está presente en ese momento.
Análisis de sangre para valorar la concentración de determinadas sustancias en la sangre, como el potasio u otros electrolitos y la hormona tiroidea.
El holter es un dispositivo portátil que registra el electrocardiograma durante todo el tiempo que se lleva puesto (1 o más días) y mientras se llevan a cabo las actividades diarias. A veces es necesario implantar un Holter, debajo de la piel, con anestesia local, para dejarlo durante años, si se sospechan arritmias graves que no se han podido detectar por otros medios.
La prueba de esfuerzo, con ejercicio físico o con fármacos estimulantes que aceleran el latido cardíaco, para identificar una enfermedad de las arterias coronarias.
El ecocardiograma, para ver la estructura y el movimiento del corazón y medir el volumen de sangre bombeado con cada latido.
La prueba en camilla basculante, que se desplaza desde la posición horizontal hasta la posición vertical, puede ayudar a encontrar la causa de las pérdidas de conocimiento.
El estudio electrofisiológico, se colocan unos cables en el interior del corazón, generalmente desde las venas de las piernas (vena femoral) para registrar la actividad eléctrica cardiaca y estimular al corazón para provocar las arritmias.
Tratamiento
Dependerá del tipo de arritmia, de la causa y de la respuesta del paciente a la arritmia. Si el paciente tolera bien la arritmia, probablemente sea suficiente con evitar o suprimir la causa que las provoca, como evitar el consumo de alcohol, la cafeína o el tabaco, evitar los ejercicios extenuantes si aparecen solo durante la práctica de ejercicio o sustituir un fármaco por otro o ajustar la dosis, para que disminuyan o desaparezcan las arritmias. A veces, es necesario dejar de conducir hasta que se pueda determinar si el tratamiento es eficaz.
En las bradiarritmias, una vez descartada la causa no cardiaca, es posible que se necesite implantar un marcapasos para ayudar al corazón a mantener un ritmo apropiado. Su médico posiblemente le hable sobre los pasos para manejar la causa de la arritmia, como un problema con las concentraciones de electrolitos, presión arterial alta, cardiopatía, apnea del sueño o enfermedad tiroidea.
En las taquiarritmias, si provocan síntomas importantes o generan riesgos de padecer una arritmia más grave o una complicación de la arritmia, es muy importante tratar los factores que predisponen a ellas o que las agravan, como concentraciones de electrolitos (potasio, calcio, magnesio…), presión arterial alta, cardiopatía, apnea del sueño o enfermedad tiroidea
El tratamiento específico de las arritmias se basa en:
- Fármacos para controlar la frecuencia cardíaca o para que se restablezca el ritmo y para prevenir nuevos episodios, como diferentes betabloqueantes o digoxina. Los fármacos antiarrítmicos pueden empeorar las arritmias o incluso desencadenarlas (efecto proarrítmico). En la fibrilación auricular, son imprescindibles anticoagulantes, para prevenir la formación de coágulos sanguíneos.
- Cardioversión eléctrica, con sedación, y mediante unas palas colocadas sobre el tórax, se dan descargas eléctricas externas para restaurar el ritmo cardíaco normal.
- Estudio electrofisiológico, para diagnosticar arritmias con precisión y aplicar corrientes eléctricas que producen pequeñas quemaduras en la zona de la arritmia (arritmias Ablación por radiofrecuencia).
- Implante de desfibrilador automático implantable, para cortar arritmias potencialmente mortales y restaurar el latido cardíaco normal mediante el envío de una descarga o pulso eléctrico al corazón.
Recomendaciones
- Dieta cardiosaludable, sin grasa ni alimentos ultraprocesados, con frutas y verduras principalmente, legumbres, cereales integrales, frutos secos y semillas, evitando el consumo excesivo de sal (>5g/día).
- Ejercicio físico aeróbico (caminar, nadar o montar en bicicleta de paseo), 20-30 minutos al día, 4-5 días a la semana, e ir aumentando de forma progresiva. Evitar siempre la actividad física después de las comidas o ante temperaturas extremas.
- Dejar de fumar. Consulte con su médico y/o enfermera sobre las estrategias o los programas para ayudarle a abandonar el hábito. El esperable aumento de peso (una media de 5 kg) y los beneficios para la salud de abandonar el tabaco compensan sobradamente el riesgo de aumentar de peso. El tabaquismo pasivo aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular.
- Cuide el peso. Perímetro abdominal 102cm en varones y 88cm en mujeres.
- Controle la presión arterial (< 130/85 mmHg) y los niveles de colesterol y triglicéridos: cifras en personas sanas de Colesterol normal <200 mg/dl- Colesterol malo (LDL) < 100 mg/dl- Colesterol bueno (HDL) > 40 mg/dl varones y > 45 mg/dl mujeres. Triglicéridos < 150mg/dl. Las personas con niveles elevados tienen un riesgo incrementado de sufrir síndromes coronarios.
- Beber alcohol con mesura. El consumo de alcohol se asocia a múltiples riesgos para la salud (TA, arritmias cardiacas, miocardiopatía, muerte súbita y accidentes cerebrovasculares) y puede hacer que el corazón aumente de tamaño (se dilate) y se contraiga muy débilmente.
- Tome siempre el TRATAMIENTO MÉDICO prescrito y acuda regularmente a las consultas de seguimiento con el médico y/o la enfermera. Consulte a su médico y/o enfermera si sus síntomas empeoran.
Concepción Fernández
Actualizado junio 2023