La cirugía cardiaca es la especialidad quirúrgica que se ocupa del corazón, pericardio (membrana que envuelve el corazón) y grandes vasos, realizada por los cirujanos cardiovasculares. Puede tratarse de una intervención de emergencia o previamente planificada.
Existen diferentes tipos de cirugía cardiaca:
- Cirugía coronaria: indicada cuando los síntomas de la cardiopatía isquémica son refractarios al tratamiento médico y cuando las lesiones arteriales, por su localización o extensión ponen en peligro la vida del paciente.
- Cirugía valvular: cuando las válvulas no se abren o cierran correctamente, mediante reparación o reemplazo de la válvula.
- Cirugía de la aorta: aneurismas, dilataciones, úlceras y disecciones.
Enlace a cirugía de la aorta
- Tumores del corazón: aunque suelen ser benignos, suelen tener localización “maligna” y pueden condicionar graves complicaciones como embolias, por desprendimiento de fragmentos.
- Cirugía estructural: defectos congénitos que impiden el normal funcionamiento del corazón.
- Cirugía del pericardio (membrana que envuelve el corazón), mediante drenaje o pericardiectomía (extirpación).
- Implante de dispositivos de asistencia ventricular.
- Cirugía de arritmias: restablecimiento del ritmo cardiaco normal y reducir el riesgo de embolias.
- Trasplante cardiaco: reemplazo del corazón dañado por el corazón sano de un donante.
Abordaje quirúrgico
La cirugía cardiaca puede realizarse mediante 2 accesos:
- Cirugía a corazón abierto: incisión en la línea media del esternón (esternotomía media) para llegar hasta el corazón. Puede realizarse con o sin circulación extracorpórea.
Buenos resultados, muy baja tasa de complicaciones, recuperación completa en 6 semanas- 3 meses, tras la consolidación del hueso y dolor bien controlado con analgésicos habituales en la mayoría de los casos.
- Cirugía mínimamente invasiva:
También pueden realizarse con o sin máquina de circulación extracorpórea.
- Miniesternotomía media, en la mitad inferior o superior del esternón.
- Minitoracotomías derecha (entre las costillas al lado de la mama), superior derecha (varios centímetros por debajo de la clavícula derecha) o izquierda (entre las costillas bajo la mama izquierda). La minitoracotomía derecha puede combinarse con pequeños cortes entre las costillas para insertar, a través de ellos, instrumentos en el tórax. En esta cirugía se puede utilizar la asistencia robótica, que proporciona mayor precisión.
Generalmente, se deja un pequeño tubo de drenaje, flexible, en el interior de la cavidad torácica para evacuar la presencia anormal de aire, líquido o sangre, que se conecta a un sistema de aspiración y drenaje que mantiene la negatividad del espacio pleural e impide la entrada de aire desde el exterior. Se retira tras uno o dos días después de la intervención, dependiendo de la cantidad drenada.
Técnicas quirúrgicas
La cirugía cardiaca puede realizarse de 2 formas:
- A corazón latiendo, en determinados pacientes, utilizando instrumental especial (estabilizadores epicárdicos) que permite estabilizar una parte del corazón y realizar la cirugía de forma segura, mientras que el resto del corazón sigue bombeando la sangre al resto del cuerpo con normalidad.
- A corazón parado, en la mayoría de procedimientos. Requiere la utilización de un sistema de circulación artificial llamado circulación extracorpórea, que consiste en establecer una conexión entre los vasos (arterias y venas) principales del paciente y una máquina. La máquina de circulación extracorpórea o máquina de derivación cardiopulmonar, se conecta al paciente mediante unas cánulas en la vena y arteria femorales del lado derecho, en la región inguinal. Asume las funciones del corazón, bombeando y oxigenando la sangre y permitiendo trabajar en un corazón parado y vacío, por medio de una solución fría rica en potasio (llamada cardioplejía). Finalizada la cirugía, se inyecta una solución para recuperar la normal circulación del paciente, para ir retirando progresivamente la función de la máquina de circulación extracorpórea. El perfusionista es el profesional que se encarga del manejo continuo de la máquina y es una pieza clave en todo procedimiento de cirugía cardiaca con circulación extracorpórea.
La circulación extracorpórea exige anticoagulación con heparina para evitar la formación de trombos debido al contacto de la sangre con los tubos y, al finalizar la intervención, se utiliza un antídoto (protamina), para revertir el efecto de la heparina y evitar hemorragias postoperatorias.
La elección de circulación extracorpórea o no, tiene sus indicaciones y particularidades específicas. Su equipo quirúrgico elegirá la que más le beneficie.
Después de la intervención
Finalizada la intervención, el paciente es trasladado a la unidad de cuidados intensivos de cirugía cardiaca, donde suele permanecer un mínimo de 24 horas después de la intervención, antes de ser trasladado a la sala de hospitalización, dependiendo del estado clínico del paciente.
Normalmente, el alta a domicilio suele ser entre 3-5 días, si la evolución es favorable. La cirugía mínimamente invasiva permite una mejor recuperación física y funcional, tanto en el hospital como una vez dado de alta.
Riesgos quirúrgicos
Los riesgos dependerán de la cardiopatía de base del paciente, de su estado funcional, de la presencia de otras enfermedades, del tipo y carácter de la cirugía y de la duración del procedimiento quirúrgico. La probabilidad de riesgo es mayor en las cirugías de emergencia. Podemos destacar:
- Sangrado (hemorragia postquirúrgica): es el problema más frecuente. Está influenciado por las características del paciente, los fármacos utilizados durante la intervención y la circulación extracorpórea, que favorece la hemorragia.
- Coágulos de sangre que pueden derivar en un accidente cerebrovascular o en una tromboembolia venosa. Más probable en el caso de pacientes de edad avanzada.
- Arritmias cardiacas. La fibrilación auricular (FA) es la arritmia más frecuente Enel posoperatorio de la cirugía cardiaca.
- Infección de la herida quirúrgica.
- Afecciones pulmonares, desde atelectasias (acúmulo de secreciones) y derrames pleurales hasta neumonías.
- Insuficiencia renal aguda: pérdida súbita de la capacidad de los riñones para eliminar el exceso de líquido y electrolitos (sodio, potasio, calcio…), así como el material de desecho de la sangre.
Concepción Fernández. Actualizado septiembre 2023